jueves, 30 de junio de 2016

LA “PAZ” EN COLOMBIA

D. Nelma Forero Sánchez*

Lo que está sucediendo en Colombia mantiene la expectativa de la mayoría de los pobladores del Mundo, se acaba la guerrilla más antigua, no porque los hayan derrotado militarmente, se acaba porque se sometieron en una mesa de conversaciones, a este sometimiento se le llama paz.

En Colombia la mayoría de la población está de acuerdo con la “paz” que se firma, claro son 52 años de martirologio del pueblo; es cierto que los compañeros de las FARC-EP cometieron muchos errores y con ello victimizaron a mucha población por la que se luchaba;  sin embargo, la clase dominante colombiana, la más despiadada del continente, con su ejército legal y con su ejército en la sombra (paramilitares) le causaron más daño al pueblo. Malcom X dijo: "Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y odiar al oprimido", efectivamente la clase dominante, con sus medios hegemónicos, convencieron al pueblo de amar a su opresor  y odiar al pueblo en armas.

Por otra parte, la “izquierda” colombiana se sintió víctima de los alzados en armas; la clase dominante utilizó el conflicto, para estigmatizar a los líderes de izquierda, judicializando algunos, inhabilitando a otros y asesinando a muchos, caso del exterminio contra la UP en los año 80 y 90 del siglo pasado, y hoy se sigue asesinando  los líderes sociales de la Marcha Patriótica.  Por esta razón la “izquierda” acomodada y electorera se la jugó con el proceso de paz, tanto que hicieron alianza con el Neoliberal Santos para apoyarlo en su reelección.

 Se  puede observar que de la altivez con la que llegaron los guerrilleros a  la Mesa de   diálogos  al final no quedó nada.    Los guerreros de las FARC-EP terminaron convencidos que su lucha fue en vano, y de todo lo que anhelaban para mejorar la vida de los oprimidos no obtuvieron ni el 1%.  Juanita Vélez,  et al (analistas  afectos al  Régimen)  en su artículo “Las Farc ha cedido más que el Gobierno en La Habana” ( portal Web La silla vacía. 27 de Junio de 2016)  hacen un análisis donde señalan que de cada una de las aspiraciones que traían las FARC-EP  no alcanzaron ninguna.  Por  otro lado, las FARC, también, admiten que fue Uribe quien, con su Seguridad Democrática, los llevó a la mesa de la Habana; el mismo comandante Timo le envío misivas invitándole para que se sentara a dialogar.  Por último, las FARC terminaron creyéndose victimarios,   el Comandante Timo derramaba lágrimas ante las cámaras por sus  víctimas.

Los negociadores de las FARC-EP en La Habana, durante estos tres años de conversaciones, pareciera que no se enteraban   de lo que venía sucediendo  en Colombia.   Se  produjo un     paro campesino, que hizo temblar a Santos;  durante el 2015 se asesinaron alrededor de 106 líderes sociales,  algo así como   un líder social asesinado cada seis días; en las  mazmorras colombianas permanecen  9.000 presos políticos sin atención médica, lo que llevó a estos a que  hicieran huelga de hambre; vienen muriendo 35.000 niños de hambre; hay más muertos por falta de atención médica que los muertos durante los 52 años de lucha armada; la educación en Colombia sigue en los últimos lugares de calidad; los jóvenes y adultos jóvenes no van a lograr una pensión por el modelo de negocio de los Fondos de Pensiones; Colombia es el tercer país más desigual del mundo. A  pesar de lo expuesto y del continuado  sufrimiento del pueblo las FARC-EP continuaron hablando de “paz”, como volador sin palo hasta firmar su claudicación sin contraprestación alguna.    Juan Manuel Arango en su artículo  “Colombia. Acuerdo de paz, o ¿Claudicación de una de las formas de lucha?”  se pregunta "Entonces lo que se firmó hoy en la Habana Rep Socialista de Cuba entre el Estado colombiano-FARC-Ep, de verdad equivale al fin de la “violencia”? el principio de la tan anhelada paz? ¿la claudicación de una de las formas de lucha?  Como si con ese acuerdo prescribieran de una vez y para siempre todas aquellas causas que originaron la lucha armada en nuestro país; significando entonces, que razón tenían los enemigos de la paz, o sea los explotadores del hombre contra el hombre, cuando argumentaban que la violencia existía, por la existencia misma de los movimientos insurgentes y no por la desigualdad y la injusticia social.

 Las  FARC, en un momento dado, fueron consideradas  una  fuerza militar  capaz de tomarse el poder,    tanto que fue necesaria la intervención de los gringos a través del Plan Colombia,  habiendo salido airosas.  Lo que demuestra que fueron exitosos en el campo de batalla, pero incapaces en la Mesa de conversaciones,  pues no logran un mínimo de cambios en las estructuras económico-sociales. Ahora,  ¿de verdad   van poder lograr las transformaciones que necesita el pueblo  en el parlamento,  allí  donde la clase dominante es más hábil?  Es sabido que el parlamento es el sitio menos adecuado para lograr transformaciones sociales.  

Finalmente, como conclusión de esta nota, quiero recoger las palabras de Rubén Ramos en su artículo, Colombia ¿Cuál cese al fuego, cuál paz?    25 de junio de 2016,  “Este no es “el último día de la guerra”, sino el inicio de una más larga y terrible. No es el inicio de la Paz en Colombia sino el comienzo de “Paz Colombia” como continuidad del que se llamó por 15 años “Plan Colombia””.



*Docente Universitaria. Líder Social.

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