martes, 1 de diciembre de 2015

"En tanto el proceso de paz no exista en fase pública no es viable"

Entrevista con Antonio García, integrante del Comando Central del ELN

El Espectador


Uno de los máximos comandantes del Ejército de Liberación Nacional le explicó a El Espectador en qué van los diálogos con el gobierno de Juan Manuel Santos, paralelos a los de las FARC.
-¿Cómo valoran el acuerdo que han hecho las FARC sobre el tema de justicia? ¿Afecta este acuerdo el proceso de negociación del ELN con el Gobierno?
-Antonio García: aún no se conoce de manera completa lo que se haya acordado en este campo. Como en todo proceso social o político, así tengamos visiones diferentes, seremos respetuosos con lo que en La Habana se haya trabajado. Consideramos que no debe ligarse el tema de víctimas y el acuerdo sobre la futura situación jurídica de la guerrilla. En el proceso con el ELN, lo que pueda suceder referido a la justicia en el tratamiento de la situación de las víctimas es potestad de la comunidad de víctimas. Y en lo relacionado con su futura situación jurídica, el ELN buscará un acuerdo político con el Gobierno.
-¿Qué escenarios vislumbra el ELN en caso de que se firme el acuerdo final entre Gobierno y FARC?
-AG: así tengamos diferencias con el proceso de las FARC, deseamos sea favorable para el país, que fortalezca las alianzas del campo popular y democrático para seguir impulsando las transformaciones que necesita la sociedad. Lo concreto es que Colombia necesita la lucha de todos para hacerla democrática y equitativa, en este sentido el camino de la paz apenas comienza. El futuro depende de la realidad de los cambios y de su profundidad.
-Se conoce que en la agenda del ELN y Gobierno la participación de la sociedad es central: ¿de qué sociedad se está hablando? ¿Tienen espacio los gremios, los ganaderos y los industriales en esta propuesta? ¿Hay diferencias en los alcances de la participación entre los sectores populares y los gremios?
-AG: La Colombia de hoy es excluyente, por eso nuestro proceso quiere contribuir a generar dinámicas políticas participativas, sobre todo de los sectores que hoy no tienen voz, pues sería equivocado repetir las mismas lógicas que reproducen el poder del dinero en el Parlamento. Los sectores poderosos legislan desde hace muchas décadas; y allá, poco o casi nada se escucha la voz de los humildes y desposeídos. Sería muy interesante en un debate amplio, donde participen los gremios del establecimiento, poder contrastar la diversidad que hay en Colombia, y que los gobiernos escuchen e interpreten esa realidad. Se trata de ver, de examinar qué tan democrática es Colombia, tanto en el debate como en la capacidad que se tiene desde la diversidad para direccionar los cambios que todos esperamos. No queremos quedarnos sólo en los debates.
-En concreto, ¿cómo serían los mecanismos y espacios de participación de la sociedad en el debate y los acuerdos de paz con el ELN?
-AG: en gran medida el diseño de participación hay que conversarlo con la gente, con la diversidad de Colombia en sus diversas formas de organización existentes hoy. Este asunto es un tema de la fase pública y se supone de interacción tanto del ELN con la sociedad, como de ésta con la mesa, allí se irá modelando el diseño, muy seguramente será creativo. Esperemos a la fase pública para hacerlo realidad.
-Se dice que ya está completa la agenda de negociación entre Gobierno y ELN. ¿Se puede conocer la estructura general de esa agenda?
-AG: los medios, no sabemos qué fuentes la filtraron, han dado a conocer los titulares, que en su orden son los siguientes puntos ya acordados: a) Participación de la sociedad, b) Democracia para la paz, c) Transformaciones para la paz, d) Víctimas, e) Fin del conflicto y f) Implementación. Hay otros asuntos referidos al diseño y reglamentación. Faltan por acordar un par de asuntos.
-¿La sociedad podrá intervenir en toda la agenda o hay puntos que sólo negocia el ELN? ¿Cuáles?
-AG: en los cuatro primeros puntos es esencial la participación de la sociedad. El quinto punto es más una temática entre el Gobierno y el ELN. En el sexto punto, que tiene que ver con la implementación, también la sociedad participará de alguna manera, así como la comunidad internacional.
-Hay un punto de democracia para la paz y la democracia es el debate principal en Latinoamérica, ¿cuál es el estado de democracia que debe alcanzar el país para que el ELN considere ponerle fin al alzamiento armado?
-AG: las democracias de corte liberal-capitalista consideran que lo esencial en una democracia es la libertad, pero entendida sólo como libertad de expresión, y le recortan las posibilidades de la acción política para transformar la realidad. Pero en América Latina hay una historia que reivindica el carácter social de la libertad, la que sostiene que de nada sirve ser libre si se vive en condiciones indignas. La libertad, para que sea verdadera, debe estar vinculada a las condiciones de existencia; en Colombia uno de sus exponentes más connotados fue Jorge Eliécer Gaitán. Llegar a un acertado examen de la democracia colombiana debe ser obra de los escenarios políticos que propicien la solución política, esto quiere decir que no se persiga a quienes interrogan y cuestionan al Gobierno. Además de este examen, deben formularse cambios que se traduzcan en programas de transformación, o por lo menos que coloquen a Colombia en esa ruta de hacerlas realidad. Si esto no es posible, la lucha seguirá.
-¿Hay un acuerdo de garantías con el Gobierno para que el movimiento popular participe en la construcción de la paz sin ser reprimido o eliminado? ¿A qué se compromete el Gobierno?
-AG: debemos recordar que si bien en la mesa se han adelantado discusiones muy profundas, han estado referidas a construir la agenda. La agenda es la identificación de unos temas sobre los que se adelantarán conversaciones en la fase pública con el propósito de llegar a acuerdos que hagan viable la transición hacia la paz. Desde luego que si continúa el proceso de diálogos debe llegarse a acuerdos sobre garantías y condiciones para que cese la exclusión, la represión y la criminalización de la lucha social y política del pueblo, pero decir ahora cuáles resulta prematuro.
-Hay un punto de transformaciones para la paz. ¿En este ejercicio se van a debatir temas como el modelo económico y la doctrina militar? ¿El Gobierno está dispuesto a este debate?
-AG: el modelo económico y la doctrina militar han sido temas vedados. Pero muy seguramente la sociedad en el debate nacional los tocará, pues no se pueden evadir los efectos que estos dos asuntos han producido en la vida de los colombianos y en la fragilidad o ausencia de la democracia en el país.
-¿Cuál es el escenario de refrendación de los acuerdos entre Gobierno y ELN?
-AG: es un tema a debatir con el Gobierno en la fase pública, habrá que adoptarse una fórmula que consolide lo acordado y lo proyecte de manera estable al futuro de una paz estable.
-¿Habrá un momento en que se junten los dos procesos de negociación? ¿Cuál sería?
-AG: en tanto que el proceso de paz del ELN no exista en la fase pública no es viable, pues mientras el de las FARC anda, el otro aún no es visible para la sociedad como realidad política. Además, la interacción sólo se puede dar con base en los acuerdos de cada proceso, pues ahí se expresa de manera condensada la proyección de la solución política. El ELN siempre ha buscado las aproximaciones a los escenarios de paz, pero eso no ha dependido de nuestra voluntad, pues tanto el Gobierno como las FARC decidieron poner a rodar dicho proceso primero. Teniendo en cuenta lo anterior, y por el bien de Colombia, siempre estaremos dispuestos a la confluencia y a la coordinación.

Víctor de Currea-Lugo, PhD. Profesor Universidad Nacional de Colombia.
Fuente original: http://www.elespectador.com/noticias/judicial/tanto-el-proceso-de-paz-no-exista-fase-publica-no-viabl-articulo-602262

lunes, 30 de noviembre de 2015

Redefinición de la política de seguridad del Estado y desmonte de estructuras criminales de contrainsurgencia, especialmente paramilitares


La Habana, Cuba, sede de los Diálogos de Paz, noviembre 27 de 2015 



 En desarrollo de las “Diez propuestas mínimas para garantizar el fin del conflicto, la reconciliación nacional y la construcción de la paz estable y duradera”, se presentan las cinco primeras iniciativas de 12, correspondientes a la sexta propuesta referida a la Redefinición de la política de seguridad del Estado. 

1. Política de seguridad del Estado para la no repetición, la reconciliación nacional y la construcción de la paz estable y duradera. 

Dadas las nuevas condiciones que para la regulación del conflicto social y de clase generará la perspectiva de un Acuerdo final, será necesaria una reorientación de la política de seguridad del Estado con el propósito principal de contribuir a generar garantías de no repetición, propiciar la reconciliación nacional y aportar en la construcción de la paz estable y duradera. En lo concerniente a la regulación del conflicto político, social y económico, en esas nuevas condiciones, la política de seguridad deberá desproveerse de todo tratamiento militar, represivo o de orden público y de estrategias de militarización de la vida social. En su lugar, deberá privilegiarse la erradicación de las causas que originan y hacen persistir tal conflictividad, así como su resolución pacífica y dialogada o autorregulada democráticamente. 

2. Redefinición de la política de seguridad del Estado hacia un concepto de seguridad humana integral. 

La normalización integral de la vida nacional y la transformación de las FARC-EP en organización legal, tendrá como condición un proceso de redefinición concertada de la política de seguridad del Estado orientada a privilegiar y establecer un concepto de seguridad humana integral, que de protección y garantías a la población en el ejercicio de sus derechos civiles y políticos, así como en el reconocimiento y materialización de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales. 

3. Adecuación de la institucionalidad del Estado a la doctrina y la política de seguridad humana integral. 

La nueva doctrina y política de seguridad humana integral surgida del Acuerdo final deberá conducir a un proceso de adecuación institucional que haga posible su implementación real y material. En ese sentido se hace necesario, como mínimo: 
1. Producir los desarrollos normativos correspondientes para garantizar de manera efectiva y superar la restricciones actuales al ejercicio de los derechos civiles y políticos, especialmente en lo concerniente a la movilización y la protesta social, tal y como ocurre, entre otros, en la Ley de seguridad ciudadana y la Ley de inteligencia; 
2. Adelantar la reconversión de las fuerzas militares y de policía en fuerzas para la construcción de la paz y la protección de las fronteras patrias, lo cual incluye aspectos relacionados con su tamaño y estructura, con la propia asignación de gasto público, así como con la superación de la doctrina de “seguridad nacional” y de cualquier práctica de terrorismo de Estado; 
3. Redefinir la política criminal del Estado en lo que corresponde a la superación de la tendencia a la criminalización de la pobreza y a su tratamiento como problema de orden público y no de naturaleza social. 

4. Reconocimiento de la existencia y persistencia de estructuras criminales de contrainsurgencia, especialmente las paramilitares. 

El “Informe de la Comisión histórica del conflicto y sus víctimas”, múltiples resultados de investigaciones adelantadas por centros de investigación y organizaciones no gubernamentales, así como sentencias judiciales en la jurisdicción nacional y la Corte Interamericana de Derechos Humanos demuestran con indiscutible evidencia la existencia y persistencia de estructuras criminales de contrainsurgencia, especialmente de carácter paramilitar y/o narcotraficante, que han comprometido y comprometen la política del Estado, haciéndolo corresponsable por acción u omisión. Con independencia de las denominaciones actuales de tales estructuras, como por ejemplo “bandas criminales” u “organizaciones neoparamilitares”, la posibilidad de un Acuerdo final y la transformación integral de las FARC-EP tienen como condición necesaria e indispensable a la vez el reconocimiento por parte del Estado de su existencia y persistencia y, de manera especial, de su naturaleza contrainsurgente en sentido amplio, fundada en la constitución y el ejercicio violentos del poder, sobre todo en el nivel territorial. 

5. Medidas excepcionales y extraordinarias para el desmonte de estructuras criminales de contrainsurgencia, especialmente las paramilitares. 

La perspectiva de un Acuerdo final y la transformación integral de las FARC-EP tienen como condición necesaria e indispensable a la vez el desmonte de las estructuras criminales de contrainsurgencia, especialmente de carácter paramilitar y/o narcotraficante y mafioso; entendido ello como el desmonte de la relación de poder de facto que ellas representan, y la amenaza en que se constituyen para la implementación de los acuerdos pactados, la no repetición y la reconciliación nacional. El desmonte corresponderá a un proceso concertado con las FARC-EP. 

DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Cómo derechizar a un izquierdista

Cómo derechizar a un izquierdista
Por: FREI BETTO / 
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FREI BETTO – Ser de izquierda es, desde que esa clasificación surgió con la Revolución Francesa, optar por los pobres, indignarse ante la exclusión social, inconformarse con toda forma de injusticia o, como decía Bobbio, considerar una aberración la desigualdad social. Ser de derechas es tolerar injusticias considerar los imperativos del mercado por encima de los derechos humanos, encarar la pobreza como tacha incurable, creer que existen personas y pueblos intrínsecamente superiores a los demás.

Ser izquierdista -patología diagnosticada por Lenin como “enfermedad infantil del comunismo”- es quedar enfrentado al poder burgués hasta llegar a formar parte del mismo. El izquierdista es un fundamentalista en su propia causa. Encarna todos los esquemas religiosos propios de los fundamentalistas de la fe. Se llena la boca con dogmas y venera a un líder. Si el líder estornuda, él aplaude; si llora, él se entristece; si cambia de opinión, él rápidamente analiza la coyuntura para tratar de demostrar que en la actual correlación de fuerzas.
El izquierdista adora las categorías académicas de la izquierda, pero se iguala al general Figueiredo en un punto: no soporta el tufo del pueblo. Para él, pueblo es ese sustantivo abstracto que sólo le parece concreto a la hora de acumular votos. Entonces el izquierdista se acerca a los pobres, no porque le preocupe su situación sino con el único propósito de acarrear votos para sí o/y para su camarilla. Pasadas las elecciones, adiós que te vi y ¡hasta la contienda siguiente!
Como el izquierdista no tiene principios, sino intereses, nada hay más fácil que derechizarlo. Dele un buen empleo. Pero que no sea trabajo, eso que obliga al común de los mortales a ganar el pan con sangre, sudor y lágrimas. Tiene que ser uno de esos empleos donde pagan buen salario y otorgan más derechos que deberes exigen. Sobre todo si se trata del ámbito público. Aunque podría ser también en la iniciativa privada. Lo importante es que el izquierdista sienta que le corresponde un significativo aumento de su bolsa particular. Así sucede cuando es elegido o nombrado para una función pública o asume un cargo de jefe en una empresa particular. De inmediato baja la guardia. No hace autocrítica.
Sencillamente el olor del dinero, combinado con la función del poder, produce la irresistible alquimia capaz de hacer torcer el brazo al más retórico de los revolucionarios. Buen salario, funciones de jefe, regalías, he ahí los ingredientes capaces de embriagar a un izquierdista en su itinerario rumbo a la derecha vergonzante, la que actúa como tal pero sin asumirla. Después el izquierdista cambia de amistades y de caprichos. Cambia el aguardiente por el vino importado, la cerveza por el güisqui escocés, el apartamento por el condominio cerrado, las rondas en el bar por las recepciones y las fiestas suntuosas.
Si lo busca un compañero de los viejos tiempos, despista, no atiende, delega el caso en la secretaria, y con disimulo se queja del “molestón”. Ahora todos sus pasos se mueven, con quirúrgica precisión, por la senda hacia el poder. Le encanta alternar con gente importante: empresarios, riquillos, latifundistas. Se hace querer con regalos y obsequios. Su mayor desgracia sería volver a lo que era, desprovisto de halagos y carantoñas, ciudadano común en lucha por la sobrevivencia. ¡Adiós ideales, utopías, sueños! Viva el pragmatismo, la política de resultados, la connivencia, las triquiñuelas realizadas con mano experta (aunque sobre la marcha sucedan percances.
En este caso el izquierdista cuenta con la rápida ayuda de sus pares: el silencio obsequioso, el hacer como que no sucedió nada, hoy por ti, mañana por mí.). Me acordé de esta caracterización porque, hace unos días, encontré en una reunión a un antiguo compañero de los movimientos populares, cómplice en la lucha contra la dictadura. Me preguntó si yo todavía andaba con esa ‘gente de la periferia’. Y pontificó: “Qué estupidez que te hayas salido del gobierno. Allí hubieras podido hacer más por ese pueblo”.
Me dieron ganas de reír delante de dicho compañero que, antes, hubiera hecho al Che Guevara sentirse un pequeño burgués, de tan grande como era su fervor revolucionario. Me contuve para no ser indelicado con dicho ridículo personaje, de cabellos engominados, traje fino, zapatos como para calzar ángeles. Sólo le respondí: “Me volví reaccionario, fiel a mis antiguos principios. Prefiero correr el riesgo de equivocarme con los pobres que tener la pretensión de acertar sin ellos”.
Tomado: http://www.contrainjerencia.com/?p=71473

martes, 24 de noviembre de 2015

Francia una masacre permitida

Por Oglis Ramos



La hipocresía imperialista ante los atentados ejecutados en Francia deja ver claramente como con estos ataques se intenta cambiar el escenario perdido por occidente y sus aliados en el medio oriente. La opinión pública mundial ha quedado estupefacta, el trabajo de los medios al servicio de esas agencias de inteligencias que hasta ayer se jactaban de informar sobre los avances en la lucha librada contra el estado islámico hoy queda al descubierto, a los Estados Unidos y sus aliados pro imperialistas de Europa y el medio oriente hoy se les cae las caretas de la falsa bandera usada para combatir al mismo monstruo que les garantizaba el control de los recursos estratégicos y territorios.

No cabe duda de que el teatro terrorista montado en Francia tenga un toque de benevolencia por quienes desde las altas esferas planifican como establecer los dominios y ven necesario que sea la población civil la que lleve la peor parte. Es por esto l el interés mostrado por algunos gobiernos en querer derrumbar el éxito con la cual Moscú viene atacando el denominado Estado Islámico y dando resultados certeros. Ahora bien el anuncio de los Estados Unidos en querer colocar militares en el territorio sirio también puede ser aprovechado por las agencias de inteligencias para que los llamados países de la coalición tomen  la decisión de ir en contra de los acuerdos de Viena

La responsabilidad del gobierno francés en la destrucción que se llevó a cabo en  Irak, Libia y Siria hoy se resume en lo que sufre la población civil que está bajo el mando de François Hollande con un gobierno servilmente entreguista a las políticas de los Estados Unidos; ahora el golpe recibido en el corazón de Francia y siendo unas de las potencias europeas que hasta ayer coqueteo con el asesinado líder libio Muamar el Gadafi  y que luego se enseñoreo sobre las ruinas de unos de los países más prominentes del norte de África y así mismo festejo sobre los miles de muertos que dejo esta aventura inhumana, la cual ha causado un desastre humanitario a gran escala. Será la señal para que los países europeos entiendan que productos de sus acciones solo un país sale ganando ante semejantes actos atroces y que no es más que los EEUU.

El papel de los servicios de inteligencias franceses  es otro elemento que vale la pena hacer énfasis ya que es inconcebible creer como no detectar elementos terroristas altamente peligrosos para la sociedad parisina, cuando solo hace meses atrás los lideres habían llorado por los ataques contra la revista satírica Charlie Hebdo; esta acción de los servicios de inteligencias  franceses hace pensar que estos al igual que sus homólogos de la CIA permitieron que Francia tuviera su propio 11-S, con la finalidad de que haya una justificación real para colocar tropas extranjeras con basamento legal en siria. Será que Alemania, España e Inglaterra y demás países belicosos están dispuestos a tapar los ojos y oídos de sus centrales de inteligencias para embarcarse en una aventura criminal que signifique contar cadáveres en las calles de Europa

Los ataques en Francia  intentan opacar los acuerdos de Viena ya que los esfuerzos realizados por las potencias donde buscan lograr los objetivos para acabar con la guerra civil inducida de la que Francia hizo parte; el gobierno francés al decir “le declaramos la guerra al estado islámico” permite entender lo que ya estaba sobre la mesa y esto es, que nunca habían accionado contra el denominado grupo terrorista que se atribuyó los ataques, es por esto que la doble moral con la que el gobierno francés golpea a su propio pueblo es sin duda alguna un temible experimento de las agencias de inteligencias. Donde estas buscan la aprobación de la opinión pública nacional y mundial que permita tener parte, lo que puedo llamar “muertos por territorio” en fin una nueva colonización. 

El papel de los medios de información al servicios de estas mismas agencias de inteligencias es gigantesco, mientras la capital del Líbano fue sacudida por atentados solo breves noticias eran difundidas por estos, la red social Facebook también se interesó mucho en solidarizarse con Francia pero desde hace mucho tiempo atrás ha negado en solidarizarse con los países destruidos por la democracia estadounidense y sus aliados europeos.

Ahora cual será el futuro de miles de inmigrantes que huyen de la guerra y que hoy la democracia europea los intentas detener con alambradas y policías, que futuro les espera luego de una Europa aterrada, será que los gobiernos que hablan de democracia lanzando bombas y destruyendo países tendrán la moral de aceptarlos y no satanizarlos.


jueves, 19 de noviembre de 2015

La izquierda a la izquierda por la derecha hacia la nada


Libardo Sánchez Gómez

Colombia parece condenada a pervivir atrapada en una caverna de eterno conflicto     y atraso social,    por un lado   se ha convertido literalmente en una colonia del imperialismo norteamericano,   el imperio dispone a su antojo de los recursos naturales,    toma las decisiones económicas y, aún, las políticas internas vertebrales, como por ejemplo, los acuerdos de paz se deciden  de acuerdo a los intereses geoestratégicos del AMO; mantiene  en el poder una oligarquía vasalla totalmente arrodillada y dispuesta a todo para mantener su hegemonía.  EEUU   dispone de las   bases militares  cuando y en el momento que se le  antoje y obliga a mantener  una hipertrofiada fuerza militar, ¿tal vez, pensando en Venezuela?   Por otro lado en el sector agrario prevalecen las prácticas de tipo   feudal,  día a día mediante el despojo  se acrecientan los latifundios.   A dicha concentración de tierras, ahora,  se le quiere dar visos de legalidad, para eso el gobierno presentó al Congreso el proyecto de Ley que ampara Las Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (ZIDRES). Un análisis      del mencionado proyecto realizado por la coalición formada por CODHES, CINEP,  Planeta Paz, Comisión Colombiana de Juristas, Mesa de Incidencia Política de Mujeres Rurales Colombianas; Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular; Dignidad Agropecuaria y Oxfam, concluyen que se trata de un “instrumento que legalizaría la acumulación irregular de predios —con antecedentes de baldíos— por parte de empresas nacionales y extranjeras, causando efectos negativos en términos de concentración y expropiación de tierra”.
  
En  el corazón de la modernidad y postmodernidad  coexisten variadas formas de esclavismo, el de  tipo sexual (trata de blancas) el de  las llamadas trabajadoras internas (sirvientas les dicen despectivamente las amas de casa) las cuales son tratadas como en el medio evo. La tercerización laboral extendida hasta  las mismas empresas que, aún, le quedan al estado es otra forma de esclavismo.

Hace  más de seis décadas en Colombia estalló una   más   de las tantas guerras civiles,  que ya hacen parte del folclor colombiano;  esta vez fue protagonizada  por sectores campesinos contra la clase dominante, como única forma de evitar el despojo de sus bienes y parcelas.   Pero dentro  de pocos días, en La Habana, este ciclo armado será historia; probablemente de inmediato se inicie una  nueva era de rebeldía armada.   Por esto en principio se creyó   que Colombia sería el primer país de América en avanzar hacia una sociedad más tranquila e igualitaria, pero como dicen los arrieros “una cosa piensa el burro y otra el que lo enjalma”, la realidad se empeñó en  retener  la historia en  el círculo vicioso de la guerra y el atraso social, político y tecnológico.

Y mientras en Colombia  los fusiles llevaban a cabo   persistente y exitosamente su tarea emancipadora, malograda debido a los recursos financieros, militares y tecnológicos del imperio,  los vecinos latinoamericanos abrían, por las buenas, las puertas al “socialismo del siglo XXI”.   Hace  cuarenta años Chile llevó a la presidencia vía  las urnas  a un presidente socialista; treinta  años atrás nació el  Movimiento de trabajadores rurales sin tierra (MST) en Brasil; Hace 20 años retumbó  el grito zapatista ¡Ya basta! en Chiapas en contra del neoliberalismo y del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)   Hace 15 años Venezuela celebró  la victoria electoral del comandante  Hugo Chávez en Venezuela, que sería y será un punto de referencia para toda América en la lucha contra el imperialismo. También hay que destacar los triunfos electorales de los gobiernos progresistas, con un discurso marcadamente antiimperialista, del indígena  Evo Morales en Bolivia y de Rafael Correa en Ecuador.   

Claro  que la felicidad duró muy poco,  con el paso del tiempo estos procesos  se han  ido desvaneciendo; desgraciadamente el salto cualitativo dado en Chile prontamente fue dinamitado por el mismo imperio que nos esclaviza.   Hoy chile, con una presidenta supuestamente socialista,    junto a México, Colombia y Perú son utilizados como ariete por los gringos para atacar los procesos integracionistas latinoamericanos  especialmente al MERCOSUR. En  Brasil la derecha, como en toda partes, es asesina,    el 26 de enero de 2013 fue acribillado uno de los líderes del MST, Cícero Guedes do Santos en la localidad Campos dos Goytacazes. La  violencia  estatal, también,   se hizo ver con la Masacre de Eldorado dos Carajás donde murieron en el acto 19 campesinos del MST ametrallados por la Policía Militar (PM).  Posteriormente el MST  vio la oportunidad de acceder al poder a través del apoyo  político al Partido de los  Trabajadores PT en 2005, para la reelección de Ignacio Lula Da Silva.  En la actualidad Dilma Rousseff   bracea con dificultad para mantenerse a flote. La tibieza e indecisión de la izquierda brasileña tiene a la derecha a las puertas de la retoma del poder.  En   el  caso venezolano el triunfo del Comandante Chávez fue emblemático por lo que representó para la liberación e integración de América. Pero hoy  su sucesor, ungido por el mismo  Chávez, Nicolás  Maduro,  sin haber avanzado un metro hacia el pregonado “socialismo del siglo XXI”,  está a un zarpazo de la derecha y del imperio. En Ecuador el presidente Rafael Correa recula en busca del FMI,  y en Bolivia Evo Morales avanza sin una brújula que le muestre  donde  está lo que anda buscando.

¿Qué pasó? ¿Qué ha llevado al desgaste de estos, que se auguraban exitosos movimientos sociopolíticos emancipatorios pacifistas? Para Franck Gaudichaud (Revista Memoria – México. 2015) “…estos procesos políticos parecen topar ante grandes problemáticas endógenas, fuertes poderes fácticos conservadores (nacionales como también globales) y no pocas indefiniciones o dilemas estratégicos no resueltos”. Para ampliar el análisis, hay que decir que estos movimientos político sociales, que lograron acceder al poder mediante el voto, tuvieron en su génesis   bases rebeldes  sólidas, pues fueron gestados y paridos por  los sectores populares al calor de las luchas en las calles, en los campos, dentro de las empresas, en las universidades,  contra las clases dominantes.   ¿En qué momento comienza el punto de inflexión que los hace retroceder? Se observa que estos movimientos anti sistema progresan hasta tanto la dirección no se sale de las propias manos de las  bases populares.  También se observa, como  patrón, que mientras las bases rebeladas o en rebelión ejercen al interior un manejo transversal   avanzan exitosamente en la consecución de sus metas. Una  vez ceden el manejo a un caudillo mesiánico la administración se jerarquiza de manera totalmente vertical y el impulso dialéctico transformador  se ralentiza;  paulatinamente las bases, que  les fabricaron las alas, van siendo relegadas  hasta el momento en  que ya no son escuchadas.

Es palpable que mientras los movimientos sociales se están gestando establecen y conservan una línea política, que apunta  a la destrucción del viejo modelo socioeconómico (capitalismo) e, invariablemente,   son de corte revolucionario de tipo marxista; y, como se dijo atrás, la dirección  transversal  responde a los intereses de las mayorías;  pero a medida que crecen en   capacidad de convocatoria, también,  van creciendo los destructivos intereses personales.  Los más vivos se apropian de los movimientos, nombran unas camarillas para que les secunden  en la prosecución de sus propios intereses;  con el paso del tiempo van girando a la derecha, se apropian de los recursos colectivos   convirtiéndose  en ostentosas burocracias de “izquierda”, que desde luego no van a querer limitar  la acumulación  de la riqueza. Finalmente terminan emitiendo  ucases, que los distancias definitivamente de las masas y de los fines revolucionarios  inicialmente perseguidos.         

En  Venezuela, donde se creía que el “socialismo  del siglo XXI” remplazaría prontamente al capitalismo globalizador, el pueblo terminó  creyendo  que es lo mismo un modelo que otro.  Y da  la impresión que al gobierno no le importa       el reiterado  respaldo popular,  ¿no entiende que        el mandato es   para limitar la acumulación de riqueza por parte de los particulares así como para  acabar con los privilegios, que generan la desigualdad social?  Pero la paciencia tiene límites, si los  gobiernos llamados de  izquierda no se montan en el tren de las transformaciones,  el pueblo terminará  subido en la locomotora de la derecha, es fácil que le endulcen el oído.

En los países latinoamericanos llamados de izquierda el socialismo termina en una que otra nacionalización de empresas, sobre todo    las relacionadas con  el petróleo, y algunas necesarias   medidas de tipo social.   Pero por otro lado el neoliberalismo sigue campante; sectores claves de la economía e, incluso, los servicios públicos son manejados por los particulares, por ejemplo, la salud y los jugosos fondos de pensiones.

Cualquier   observador desprevenido diría que se confunde socialismo  con  asistencialismo. Claro que es  muy loable  la   ayuda  a las personas en situación de pobreza, que son la mayoría del pueblo; precisamente los  programas de asistencia social han hecho la diferencia con la burguesía tradicional. El pueblo en general se ha visto beneficiado con  salud de calidad gratuita, también existe  gratuidad en la educación en todos los niveles;  todos los nacionales tienen derecho a un bono de artículos básicos (lo más parecido a una canasta básica); la seguridad social es general,     quien llegue a los sesenta años disfruta de una pensión vitalicia. Algo parecido, pero en menor grado,  ocurre en los demás  países latinoamericanos considerados progresistas; y si se compara el socialismo a la latinoamericana (excepto el chileno que ni asistencialismo otorga) con el europeo, como el de España y  Francia,   acá es más radical.  Estas medidas populistas   sin duda constituyen  el aglutinante que, aún, mantiene  a  Maduro pegado al solio presidencial.

Fatalmente, los llamados gobiernos progresistas ya están condenados a desaparecer. No está en su esencia desmontar el caudillismo y las camarillas corruptas que se han montado a su alrededor. Mientras perduren gravitarán alrededor del sueño socialista reproduciendo el capital. Y si  los movimientos  de izquierda no caminan por la izquierda tarde o temprano terminarán a la vera del camino añorando espejismos inalcanzables.   

A  la destrucción del capitalismo no sólo apuntan los marxistas sino personajes como el papa Francisco, quien llama “hacer una revolución contra el capitalismo”, también convocan a lo mismo el científico Stephen Hawking, quien ha hablado sobre “…los catastróficos efectos que el capitalismo puede generar como motor de la caída humana”. Y en la misma dirección apunta el magnate Bill Gates, en una entrevista   a The Atlantic describió al sector privado como “ineptos en general e incapaces de hacer frente a la crisis climática debido a su enfoque en las ganancias a corto plazo y los beneficios máximos”.  

Como conclusión, los sectores populares, que aspiren a ser protagonistas de su propia historia, tendrán que tener en cuenta que son las bases, con una dirección absolutamente transversal, las llamadas a conquistar y mantener el poder.     Y tendrán  que seguir una línea revolucionaria que, sin temor, apunte a la destrucción del modo de producción capitalista,  recurriendo para ello  a la combinación de todas las formas de lucha.

















martes, 10 de noviembre de 2015

Normalización de la vida nacional y transformación de las FARC-EP en movimiento político (Síntesis)

La Habana, Cuba, sede de los Diálogos de Paz, noviembre 7 de 2015 

Diez propuestas mínimas para garantizar el fin del conflicto, la reconciliación nacional y la construcción de la paz estable y duradera 

Propuesta cuatro referida a la “Normalización de la vida nacional y transformación de las FARC-EP en movimiento político (Síntesis) 


El “Fin del conflicto” implica que se dé el paso hacia cambios estructurales que normalicen la vida nacional, e incluye la decisión política de las FARC-EP de emprender un proceso de transformación integral colectivo e individual, que permita el tránsito a la vida civil, y propósitos esenciales como: 

1. En primer lugar, la participación activa en la política abierta a través del movimiento político que se conformará para tal efecto para promover la democracia verdadera, directa, comunitaria y autogestionaria, con plenos derechos para todos y cada uno de sus integrantes, incluida la asignación directa de curules en el Congreso de la República durante al menos dos períodos, así como en Asambleas Departamentales y Concejos Municipales en lugares de comprobada presencia e influencia por iguales períodos. 

2. En segundo lugar, desarrollar economías del común, de carácter asociativo y comunitario, en los diferentes campos del proceso económico y articuladas entre sí con el objetivo de contribuir a la reconstrucción de la base productiva del país y al mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo y al buen vivir de los pobres y desposeídos. 

3. En tercer lugar, promover y apoyar procesos organizativos sociales y con fundamento en el reconocimiento pleno de los derechos económicos y sociales, especialmente al trabajo digno, la salud y la seguridad social, la vivienda, de todos y cada uno de sus integrantes. Es condición necesaria del proceso de normalización de la vida nacional y transformación de las FARC-EP en organización abierta, una solución confiable en lo que concierne al tema de “Justicia especial para la paz”, que atendiendo los derechos de las víctimas del conflicto, sea consecuente con el reconocimiento de la rebelión y sus conexidades en el sentido más amplio, se fundamente en los principios de la justicia restaurativa, prospectiva y transformadora, y se haga extensiva a las prisioneras y prisioneros políticos y de guerra condenados o con procesos en trámite. Así mismo, que garantice la protección constitucional frente a la extradición de cualquier integrante de la organización. Lo acordado para la reincorporación de las FARC-EP en lo político, lo económico y lo social hará parte integral del “Plan Nacional para el fin del conflicto, la reconciliación nacional y la construcción de la paz estable y duradera”. 
Para alcanzar tales objetivos, las FARC-EP proponen diez iniciativas cuyos desarrollos presentaremos al país en el curso de este Ciclo, y que básicamente se centran en las siguientes temáticas: 
1. Construcción de la paz estable y duradera como proceso de normalización social; 
2. Transformación integral colectiva e individual, nacional y territorial de las FARC-EP como parte del proceso de normalización social; 
3. Condiciones para la transformación de las FARC-EP en movimiento político abierto; 
4. Condiciones para la normalización referidas a economía de las FARC-EP; 
5. Condiciones para la normalización que permitan reconstruir y producir las nuevas relaciones sociales y culturales, fundamentadas en la generación de condiciones para el pleno ejercicio de los derechos políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales por parte de las FARC-EP; 
6. Definición de una Jurisdicción especial de justicia como garantía del proceso de normalización integral; 
7. Protección constitucional frente a la extradición; 
8. Normalización integral como contribución a la reparación, las garantías de no repetición y la reconciliación nacional; 
9. Definición de acuerdos de normalización como capítulo especial del Plan Nacional Para la Paz y 10. Carácter excepcional, extraordinario y transitorio de la normalización social e integral e indisolubilidad frente a los demás componentes del punto 3 “Fin del conflicto”. 

DELEGACIÓN DE PAZ DE LAS FARC-EP.

martes, 3 de noviembre de 2015

Colombia: El crimen de Jaime Pardo Leal/ Testimonio de Vicente Vélez sobreviviente de la UP


Colombia: El crimen de Jaime Pardo Leal/ Testimonio de Vicente Vélez sobreviviente de la UP (+Video)



FARC-EP: Claridad no admite interpretación +(Video)Memoria Histórica
28 años atrás, el 11 de octubre de 1987, cayó asesinado el doctor Jaime Pardo Leal, eminente jurista especializado en derecho penal, catedrático de la Universidad Nacional de Colombia, dirigente máximo del movimiento político Unión Patriótica y conciencia moral de la nación.
El crimen de Jaime Pardo Leal
Su muerte se sumaba a la oleada de crímenes contra congresistas, diputados, concejales, alcaldes y líderes de esa opción política nacida de las conversaciones de paz entre el gobierno de Belisario Betancur y las FARC-EP, y ratificaba con su sello sangriento que la oposición democrática y de izquierda no contaba con las mínimas garantías  para su ejercicio en Colombia.
El Presidente Virgilio Barco definía en su momento al paramilitarismo como un problema de semántica, al tiempo que las fuerzas armadas colombianas, con la asesoría directa del Pentágono y la CIA, no puede olvidarse que se vivía entonces la llamada era Reagan, echaban a rodar la especie de que los crímenes contra la Unión Patriótica tenían como origen último la disputa entre los grupos de grandes narcotraficantes y las FARC por el control de los cargamentos de drogas.
Así, cubriendo con el manto de la mentira y la calumnia lo que en realidad eran los desarrollos de la Doctrina de Seguridad Nacional, expresada en su momento como estrategia de Guerra de Baja Intensidad, el imperialismo  y la oligarquía colombiana coincidieron en su afán por exterminar las diferentes expresiones de inconformidad política y social en el país, a objeto de garantizar  la implementación de la globalización neoliberal  en ciernes. La muerte de Jaime Pardo Leal, insigne abogado demócrata y revolucionario, significó un claro aviso de lo que se le venía encima a la patria de los colombianos, si no se sometía mansamente a la voluntad del gran capital.
Ni siquiera una corriente progresista del Partido Liberal, como la encabezada por el doctor Luis Carlos Galán, lograría ponerse a salvo de la furia asesina desatada desde las alturas del poder. La contradictoria pero eficaz alianza entre carteles del narcotráfico, grupos económicos, clase política y fuerzas armadas, inspirada en el afán de concentrar riquezas e incrementar ganancias que hoy llaman prosperidad, resolvió sin el menor escrúpulo condenar a Colombia a las sucesivas décadas de barbarie paramilitar que no termina. Ninguno de los gobiernos que siguieron a Belisario Betancur puede lavarse las manos por su responsabilidad en ese mar de sangre.
Grandes personalidades de la vida nacional, entre las que recordamos hoy especialmente a Jaime Pardo Leal, al igual que decenas de miles de colombianas y colombianos del montón, sacrificaron su vida o su libertad por enfrentarse de diverso modo, con dignidad ejemplar y singular coraje, a semejante maquinaria de terror y muerte. No nos cansaremos de gritar a los cuatro vientos que sus ideas, sus luchas y su sangre no pasaron en vano, que todas ellas se reproducen y multiplican en el alma de millones de compatriotas que trabajan denodadamente por alcanzar la paz, convencidos de que para ello es necesario que se publique de una vez por todas la verdad, conscientes de que larga noche de la impunidad debe llegar a su fin, claros como la luz del verdadero sentido y los amplios contenidos de la palabra justicia.
No queremos más mártires para ninguna causa en Colombia. Ningún hogar más en nuestro país debe cargar con llanto de viudas y huérfanos por razones políticas. Soñamos con una Colombia en paz, con justicia social, democrática y soberana. Desde un comienzo han sido esas nuestras banderas.  
Por izarlas, nosotros y demasiados colombianos hemos sido objeto de implacables persecuciones. La paz brillará cuando cese por fin esa práctica nefanda de las clases dominantes. En eso creía Jaime Pardo Leal, por eso su crimen. Hoy rendimos el más sentido homenaje a su memoria.
Secretariado del Estado mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, 11 de Octubre de 2015.
Fuente: Delegacón de Paz de las FARC-EP, 11 de octubre de 2015
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Testimonio de Vicente Vélez sobreviviente de la Unión Patriótica 1986

2 candidatos presidenciales de la UP (Unión Patriótica), Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Osa, 8 congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y alrededor de 5.000 de sus militantes fueron sometidos a exterminio físico y sistemático por grupos paramilitares, miembros de las fuerzas de seguridad del Estado (Ejército, Policía secreta, inteligencia y Policía regular) y narcotraficantes.
Muchos de los sobrevivientes al exterminio abandonaron el país. Otros ingresaron a las filas de guerrilla de las FARC-EP para salvar sus vidas; ese fue el caso de Vicente Vélez integrante de la Delegación de Paz de las FARC-EP, sobreviviente de la Unión Patriótica, en 1986.


Memoriando
Fuente: Delegación de Paz de las Farc-EP, 7 de septiembre de 2015
Tomado: http://www.es.lapluma.net/index.php?option=com_content&view=article&id=7238:2015-10-11-21-49-23&catid=116:debates&Itemid=490